Modulo 4 – Cómo se ejecuta una sesión paso a paso
Para qué sirve esta sección
Para que entiendas con claridad qué se hace, en qué orden y por qué. Este mapa, una vez integrado, convierte a un sanador amateur en uno mucho más profesional y convierte el proceso de sanación en un método replicable, mucho más fácil de seguir, comprender y enseñar, ya se aplique para la autosanación, presencial o a distancia.
Activación de la sensibilidad energética de tus manos
Qué haces:
antes de empezar, activa los chakras de las manos.
Qué buscas:
que aumente tu sensibilidad para percibir con claridad la densidad, la temperatura y el flujo del campo energético del paciente.
Objetivo:
es un ejercicio básico que cualquier sanador debería aprender; si no activas tu sensibilidad energética, estás trabajando prácticamente a ciegas.
Exploración energética del campo energético y de cada chakra
Qué haces:
define la intención de aquello que quieres sanar (ansiedad, miedo, insomnio, preocupación, dolor cervical, una enfermedad, etc.). Después realiza una exploración energética general (frontal y lateral) y explora uno a uno los 11 chakras principales (trabajamos con un sistema más completo que el básico de 7).
Qué buscas:
diagnosticar el nivel de energía óptimo de esa persona y detectar diferencias claras entre exceso (congestión) y falta de energía (debilidad).
Objetivo:
identificar qué partes están desequilibradas y cuáles no , para saber dónde debes intervenir y en qué orden.
Priorizar (qué va primero y por qué)
Criterio simple y funcional: son más prioritarias las áreas con desequilibrio mayor, ya sea por exceso de energía, falta de energía (debilidad) u otra condición energética.
Qué buscas:
discernir dónde pones tu atención y cómo distribuyes el tiempo disponible. La anatomía del campo energético es amplia y compleja, plantear bien la sesión es fundamental para obtener grandes resultados; lo equilibrado no es necesario tocarlo.
Objetivo:
un diagnóstico correcto determina gran parte del resultado de la terapia.
Limpiar (retirar energías sucias y enfermas)
Qué haces:
limpia al completo las áreas afectadas retirando las energías contaminadas que sostienen la condición negativa (física o psicoemocional).
Qué buscas:
con sensibilidad en las manos, conocimiento adecuado y algo de experiencia, distingues con claridad cuándo un área sigue contaminada y cuándo está limpia.
Objetivo:
energiza solo las zonas que has limpiado. Ajusta la cualidad y la cantidad de energía que esa área requiere, tomando la energía vital del entorno y/o desde la dimensión espiritual con la energía de tu alma. La clave es conectar correctamente con tus propios chakras y con el chakra que estás energizando, porque te indica cuánta energía necesita.
Energizar
Qué haces:
antes de empezar, activa los chakras de las manos.
Objetivo:
si la limpieza inicia el reequilibrio y la sanación, la energización es un acelerador. Aplicadas correctamente ambas fases, puedes multiplicar el proceso de sanación o, en ocasiones, producir una mejora inmediata.
Estabilizar la energía proyectada
Objetivo:
la energía es muy sutil; tras energizar, estabiliza la energía proyectada para que no se diluya antes de ser absorbida por el paciente.
Piensa en la energia proyectada como un perfume abierto que se evapora si no lo tapas; estabilizar evita que “se escape” la energía mientras se integra en el campo energético del paciente.
Verificar
Qué debes confirmar
• Exploración energética antes/después de cada área tratada.
• Cambios coherentes en la persona (empieza a mostrar señales de mejora según corresponda).
Estructura del proceso: a medida que avanzas, repites el ciclo exploración energética → limpieza → energización en todas las áreas afectadas y, según la gravedad de la dolencia, repites el protocolo completo las veces necesarias hasta que la persona sana o mejora de forma sustancial.
Cortar el vínculo energético
Qué haces:
termina la sesión cortando el vínculo energético con el paciente para evitar intercambio energético inconsciente y contaminación posterior. Si existe apego emocional o una actitud incorrecta por parte del sanador o del paciente, el vínculo puede reaparecer; en ese caso, vuelve a cortarlo tantas veces como sea necesario.
Objetivo:
prevenir el drenaje constante, la contaminación, la parasitación, la confusión, la debilidad o incluso llegar a enfermar física o psicológicamente cuando se sostienen muchos vínculos negativos a lo largo del tiempo.

